El proyecto establece una subvención de más de $130 mil por cada estudiante que se integre a la nueva Modalidad Educativa de Reingreso en Ce...
El proyecto establece una subvención de más de $130 mil por cada estudiante que se integre a la nueva Modalidad Educativa de Reingreso en Centros de Educación Integrada de Adultos (CEIA) o en aulas específicas de establecimientos de educación regular.
Este miércoles, el ministro de Educación, Raúl Figueroa, hizo un llamado al Senado a aprobar el proyecto de ley de reingreso educativo, iniciativa que desde el 8 de septiembre se encuentra con suma urgencia en la Cámara Alta.
“Llamamos a los senadores a aprobar lo antes posible este proyecto, que permitirá entregar recursos frescos para poder enfocarnos en apoyar a más de 154 mil jóvenes”, señaló este miércoles el jefe de la cartera en una visita al Centro Educacional Erasmo Escala, en compañía de la alcaldesa de Peñalolén, Carolina Leitao y el subsecretario de Educación, Jorge Poblete.
El proyecto -que busca evitar la deserción escolar y contempla en régimen una inversión de $37 mil millones- establece una subvención de más de $130 mil por cada estudiante que se integre a la nueva Modalidad Educativa de Reingreso Escolar. Esto, mediante una jornada diferenciada en los Centros de Educación Integrada de Adultos (CEIA) o en aulas de reingreso de establecimientos de educación regular.
Según explicó el ministro, la subvención permitirá “aumentar los recursos de las escuelas de adultos que hoy día reciben a esos niños y jóvenes en, aproximadamente, un 80%”.
En esa línea, la alcaldesa de Peñalolén declaró que este tipo de programas “no puede depender de las capacidades y recursos de cada uno de los municipios o de los servicios locales, porque compite de manera injusta, creo yo, con una modalidad tradicional, porque esta modalidad requiere de una intervención mayor”.
La Modalidad Educativa de Reingreso Escolar fue aprobada este año por el Consejo Nacional de Educación (CNED) y está dirigida a los 154.641 niños, niñas y adolescentes entre 12 y 21 años que, aunque hayan estado matriculados en algún momento- hoy no forman parte del sistema escolar desde hace más de dos años por motivos asociados a contextos de vulnerabilidad