El Real Madrid se marchó de la Copa de Europa, de su torneo, en la peor noche que se recuerda. Después de más de mil días reinando, el Ajax ...
El Real Madrid se marchó de la Copa de Europa, de su torneo, en la peor noche que se recuerda. Después de más de mil días reinando, el Ajax aplastó al campeón desde el inicio con fútbol y convicción, con la mayor goleada continental.Todo salió mal, desde la tarjeta de Ramos en la ida. Lo de ayer se Restan tres meses largos de competición, un calvario para los futbolistas, la afición y la institución. Una docena de partidos de Liga sin más objetivo que atar un puesto de Champions.
Antes de cualquier otra consideración, es obligatorio rendir homenaje a un grupo de futbolistas legendarios que permanecerán en la memoria, por encima de unos resultados puntuales. Después del Madrid de Di Stéfano no ha habido otro equipo como el actual, incluidos los que no están y los que no han querido estar. Los Carvajal, Marcelo, Ramos, Varane, Casemiro, Modric, Kroos, Benzema, Navas, Bale, Isco o Lucas son los hombres que rompieron con la maldición del campeón hasta situar el listón en cuatro Champions alternas, tres consecutivas. Lo hicieron con fútbol. De otra manera es imposible imponerse a Atlético, Juve, Liverpool, Bayern, PSG, City, United, Roma, Dortmund, Schalke y toda la nobleza europea en un lustro inolvidable. Deja partidos que se recordarán durante décadas especialmente las finales, con uno por encima de todos, el 4-1 a la Juve, una exhibición de juego moderno. Sencillamente incontestable, reflejo del dominio de un conjunto memorable.
Pero todo reinado tiene final. Y éste ha llegado con toda la poesía del Ajax, la escuela que rompió la dictadura de los clubes británicos para instaurar el fútbol total a inicios de los setenta. Medio siglo después, los jóvenes 'ajacied' rompen una dinastía con un equipo joven y descarado, que probablemente no gane el título, pero que renueva la competición con su estilo alegre y enérgico. Son un modelo incluso para clubes más potentes y con mejor palmarés como el Barcelona. Ayer acabó con más de mil días de reinado blanco en la Copa de Europa con insolencia y su sello histórico, fútbol ofensivo, abierto, punzante. El trono del Real Madrid queda vacante hasta ver quién lo ocupa en el Metropolitano.
Dicho todo esto, el Madrid se desplomó en su competición, arrollado por un equipo sin complejos ni lastre en las botas.El arranque fue el retrato de lo que esperaba. Un centro de Lucas templadito llegó a Varane, que cabeceó cómodo al larguero.A continuación, Kroos perdió una bola ante Tadic, que se fue al área, nadie le entró ni le estorbó, retrasó a Ziyech y éste cruzó con comodidad.En siete minutos, 0-1.
El Bernabéu masticó la tragedia. Desde el descanso del Girona no ha vuelto a ver un tanto blanco, perdiendo además cualquier síntoma de solidez. Cada llegada del rival es un ataque de pánico. Con Ramos ganó dos veces el Barça, cierto, pero en Ámsterdam fue capital, y este martes nadie salió a los cruces. Tadic campó a sus anchas sin que le encimaran Casemiro, Varane y Nacho. Los extremos, además, abrían los boquetes en la zaga madridista.
Neres amenazó tras robar la cartera a Carvajal. No concedió más. A merced del rival sin balón, el Madrid encajó el segundo casi de inmediato. Tadic regaló una ruleta a Casemiro, metió en diagonal y Neres picó sobre Courtois, que salvó el tercero poco después.
Solari puede usar la coartada de la mala fortuna, que la tuvo. Se rompió primero Lucas, el mejor asistente hasta la lesión, y después Vinícius, que se fue llorando como la Magdalena. Entraron Bale y Asensio, pero no podía tirar de un hombre gol por el descarte de Mariano, a la grada junto a Isco. Al entrenador hay que exigirle resultados, cierto. Y también que tenga a todos los jugadores enchufados. Especialmente a los buenos.
Pudo igualar la eliminatoria Bale al filo del descanso, pero hay días en que es mejor no salir de casa. Onana, inseguro, se comió el tiro por su posición y la pelota se fue al palo. Eso oponía el Madrid, llegadas aisladas por los riesgos del Ajax. Con el balón, De Jong impuso su ley. Qué forma de manejar los espacios.
De vuelta de vestuarios, Asensio cambió de banda con Bale y el Madrid se echó sobre el área holandesa. No quedaba otra. Pese a todo, con un gol igualaba la eliminatoria. Pero aceptaba el intercambio de golpes, y en esas tenía las de ganar el Ajax. Pudieron marcar los blancos, es cierto, sobre todo por medio de Asensio. Pero quien remachó fue Tadic, harto de que los compañeros fallaran ocasiones.
El serbio recibió en la frontal y la puso en la escuadra. La jugada nació en una salvada en banda de Mazraoui que pareció salir. El VAR revisó la acción y decretó que no.
Metió corazón el Madrid y, tras fallar un remate Bale, anotó Asensio, el más entonado en la debacle. Remató cruzado, con 20 minutos por delante. Un soplo de optimismo recorrió el estadio, pero se esfumó por los vomitorios cuando Schöne retrató a Courtois. Amagó el centro, el belga dio el pasito adelante y se la comió por el segundo palo. 1-4. La mayor goleada en la historia del rey de la Copa de Europa. Si se agotan los adjetivos en el éxito, hay que buscarlos también en la decepción. Así se desploma un gigante, tirando tres títulos en una semana.