En Magallanes hay uno, pero en el país hay cinco regiones que no cuentan con este tipo de especialistas. El envejecimiento de la población e...
En Magallanes hay uno, pero en el país hay cinco regiones que no cuentan con este tipo de especialistas.
El envejecimiento de la población en Chile se vio por muchos años como un problema lejano, sin embargo hoy es una realidad cada vez más visible. De acuerdo con la encuesta Casem 2015, el 16,7% de la población tiene más de 60 años, lo que equivale a 2 millones 885 mil personas, y para 2025 la cifra podría llegar al 20%. La Comisión Económica para Latinoamérica y el Caribe (Cepal) proyecta que para 2035 habrá en el país un 18,8% más de personas sobre 65 años que menores de 14 años, lo que llegaría al 16,9 por ciento.
Este aumento creciente de la tercera edad trae consigo un problema, ya que de acuerdo con información de la Subsecretaría de Redes Asistenciales en Chile sólo hay 104 geriatras, es decir uno por cada 20 mil adultos mayores y simplemente hay regiones que no cuentan con este tipo de especialistas como Arica y Parinacota, Atacama, Coquimbo, Los Ríos y Aysén.
Causa de la escasez
Algunas de las razones que podrían explicar este fenómeno es que para llegar a ser geriatra se necesita una preparación académica de 12 años. En el país sólo la Universidad Católica, U. de Chile, U. de Santiago, U. Mayor y U. del Desarrollo la imparten como formación de pregrado. De éstas, la Usach y la UC, tienen la especialización directa.
En la Región de Magallanes en la actualidad sólo existe un geriatra. El doctor Ramón Lobos argumenta que la especialidad es relativamente nueva en Chile. “La formación del recurso humano en geriatría recién comienza a plantearse en los años 90, por lo tanto no tiene un desarrollo mucho más allá de 20 a 25 años. La masa crítica de personas que está trabajando en el tema siempre fue poca. Como Sociedad de Geriatría recién nos constituimos en el año 1996, lo que es bastante tardío respecto de las demás sociedades que se están creando en el ámbito médico y los programas de formación han sido posteriores a esa fecha. En un principio la especialidad nació como una subespecialidad de la medicina interna, por lo cual requería la formación como tal y después la subespecialización en un proceso no menor a cinco años. En la actualidad hay programas de especialización directa después de egresados que duran cuatro años y otros como subespecialista que contemplan cinco”, expresó.
Lobos agregó que el sistema de salud aún no tiene definido dónde ubicar a los geriatras. “La atención del adulto mayor, reconociendo que éste es un paciente complejo, se centra principalmente en la atención primaria, por lo tanto los cargos para trabajar con este grupo etario se concentrarían mayoritariamente en esta área, lo que no es muy atrayente para los colegas que aspiran a trabajar en los hospitales. Cuando uno realiza la atención geriátrica aguda, es intrahospitalaria y también hay situaciones intermedias, entonces hay que definir como sistema de salud dónde van a estar, cuál va a ser su rol principal y tener cargos asociados a las especialidad. La mayoría de los geriatras en Chile está como internistas dentro de los recintos hospitalarios y compiten con otras especialidades por los cupos. Si el hospital no vislumbra la geriatría como un área de desarrollo no van a tener profesionales en el área, ni formación ni preparación del recurso”, señaló.
Adultos mayores invisibilizados
El profesional expresó que “hoy día los adultos mayores son invisibilizados por la sociedad, sobre todo cuando van quedándose encerrados en sus hogares o confinados en sus camas. Las personas en su situación difícilmente pueden hacer presión social, porque no van a salir a reclamar y por la dificultad de movilización tampoco van a andar protestando, por lo tanto viven una situación compleja porque ellos no pueden hacerlo y nadie lo hace por ellos”, indicó.
Finalmente Lobos dijo que en pleno siglo XXI la sociedad chilena no tenía un rol social para con los adultos mayores. “En las últimas encuestas Casen se indica que en la fuerza laboral hay un 10% de adultos mayores que tiene más de 80 años, entonces de qué estamos hablando, quien en su sano juicio piensa que estas personas debieran formar parte de la masa laboral y esto esconde una realidad social muy grave. Se trata de alguien que tiene que parar la olla en el día a día, esto es algo que nos golpea todos los días pero que como Estado no tenemos una respuesta todavía. Esto va más allá de generar pensiones dignas, sino con crear condiciones de vida y de cuidado adecuadas. En Magallanes nosotros estamos peor que en el resto del país porque nosotros tenemos un mayor número de personas que está llegando a viejos y en muy malas condiciones de salud, en un medio que es hostil. Hoy día hay muchos que permanecen encerrados dentro de sus casas y tenemos que salir a buscarlos y precisamente es ahí cuando los sistemas fallan, cuando tiene que salir a buscarlos más allá de su escritorio”, precisó.